jueves, 24 de mayo de 2012

Indicaciones acerca de la historia



CARLOS A. CARRILLO


A continuaciones se presentan reflexiones, relativas al estudio de la historia patria; en las cuales  se  da respuesta a distintas interrogantes:
Ø  ¿Es conveniente dividir el período colonial en tantas fracciones, como virreyes gobernaron  la Nueva España durante él? No parece pertinente. En las fases de la evolución de la historia, significa poco que la gobierne este o aquel sujeto, más bien  dependen de causas muy distintas y de mayor tamaño. Cada nación tiene vida propia se desarrolla, con completa independencia del carácter personal de quien lo gobierna.

Ø  ¿Conviene seguir un orden rigurosamente cronológico en la narración de los sucesos históricos? Existen autores como Leví Alvarés, que se apegan a la cronología  y  dividen la historia en periodos, lo cual este autor considera como un modo no apto de proceder; ya que en la historia se presentan series de sucesos eslabonados entre sí íntimamente que constituyen un solo todo por lo cual se considera que se no se forma una idea exacta del conjunto al estudiarlo por retazos, solo por obedecer al orden cronológico. ¿Por qué razón se despedaza la vida de un pueblo con el pretexto de hacer metódico el estudio?

Ø  ¿Conviene estudiar la historia patria independiente  de la España y sus demás colonias? Parece que no, no  es posible comprender ciertos fenómenos de la vida colonial de México sin conocer  la historia de la madre patria, y en parte, las de sus demás colonias esparcidas en toda la extensión  de América. Es decir los cambios se pueden suscitan por causas que no residen  en una nación y es necesario buscar en aquellas que son comunes y han formado parte de su evolución.

FECHAS, NOMBRES PROPIOS Y BATALLAS.
Muchos creen que aprender historia es gravar en la memoria un largo catálogo de fechas, eso constituye una verdadera tortura inquisitoria, ¡Fechas! ¿Para qué? Tras las fechas viene la plaga de los nombres propios. Es tiempo ya de podar todas esas superfluidades de los estudios. Los instantes de los niños son un tesoro demasiado  precioso para derrocharlo en aprender fruslerías que a nada conducen.
No se pueden medir los avances de los niños, por la cantidad de nombres propios que hay almacenados en su memoria, la regla inversa seria más segura: mientras menos nombres, mejor la escuela, y más sustancial la enseñanza.
Así como también las batallas son  los flacos de los autores de comprendidos históricos, haciéndola ver solo el aspecto salvaje de la humanidad y  no como la historia de la civilización.

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