Lo cual se reflejaría en la política educativa y desde luego en los libros de historia de la patria, hasta 1925 hubo una continuación de la visión conciliadora oficial de la historia de México (Sierra 1925).
Los conservadores: expresaron una visión opuesta a los principios constitucionales y a los fundamentos de la nacionalidad de la versión oficial; Los revolucionarios: mostraban más preocupación por reorganizar el país que por adoptar posiciones ideológicas. Dividida la interpretación de la historia de México, se había unificado bajo el esfuerzo directo de Sierra, considerando que la historia no fuera un relato de guerra y política sino más bien de la evolución de la civilización.
Para 1926 la posición de los libros de texto, se torno polémica, más y más indigenista en oposición a su opositora hispanista. El indigenismo buscaba como salvar al indio para integrarlo a la vida nacional. Un grupo de hombres, pensaba que el indio debía de ser hispanizado para asimilarlo culturalmente, propugnando por la desaparición de las lenguas indígenas, y que para que la comunicación fuera efectiva habría que enseñarles el español. Mientras tanto un grupo de intelectuales externaban que el indio debía desarrollar su personalidad e integrarse desde su misma cultura, todos estaban de acuerdo en que había que rescatarlos y a través de las visiones culturales , despertar su sentimiento patriótico mediante relatos principalmente indígenas que pudieran darles motivo de orgullo racial y confianza en el porvenir.
Toledo quien formaba parte de los hombres que buscaban salvar a los indios; externaba que la degeneración indígena había tenido lugar por la Colonia, pero insistía en que aun podían “resurgir los esplendores de su vieja cultura, moldeando en las matrices de la civilización moderna”, y que habría que insistir en el patriotismo de Cuauhtémoc, para darle una seguridad, y que no debía enseñársele al indio la esclavitud en que s le hizo vivir durante la Colonia para no despertar su odio. La visión indigenista de los libros de texto no era original, pues no dejaron de existir prejuicios acerca del indio. No siempre el indigenismo fue indigenismo; a veces se convirtió en un simple antihispanismo. Por lo que la enseñanza de la historia se veía afectada por esta disputa y no representaba un aspecto reconfortante, Zepeda Rincón 1933 hacia un llamado a desterrar los odios que dividían a los mexicanos.
Gilberto Loyo creía que el nacionalismo exagerado era peligroso, defendía la enseñanza tendenciosa de la historia en las escuelas primarias y secundarias, decía, la tendencia debe ser nacional y revolucionaria.
Algunos se preocuparon por esta profunda división de criterios en la enseñanza, como Vasconcelos 1922, creía en la necesidad de imponer una visión histórica equilibrada. Los autores de texto estaban de acuerdo en que la historia debía de cumplir dos finalidades: la instrucción cívica y el estimulo patriótico, tanto tradicionalistas y oficialistas. Pereyra decía el conocimiento de la historia patria ayudara a la unificación de la “gran familia mexicana”. Los tradicionalistas destacaban la importancia de mantener las virtudes de la raza y los oficialistas en mostrar todo lo que hacía falta cambiar. El Programa de educación de 1935 requería que la historia fuera un verdadero factor de socialización mostrando que la “base de todo acontecimiento social existe un factor económico que en gran parte lo determina” señalando como fines de la historia:
*Mostrar al alumno la sociedad mexicana tal cual es, como ha sido y como se pretende que sea
*Mostrar la verdad histórica en su mayor pureza
*Ejercitar la formación de juicios
Este Programa de Educación se fija como meta para el futuro borrar las diferencias, salvar los obstáculos del medio físico.
El panteón heroico de la patria vuelve a dividirse profundamente desde la Revolución, los autores oficiales no permiten si no la aceptación de un solo caudillo revolucionario: Madero y hasta los treinta aceptan ya a Zapata y Carranza. Autores como Castro Cancio afectan la imagen de algunos de nuestros héroes, pero en general se logro mantener la lealtad a los mismos héroes. Los tradicionalistas- conservadores veneraban a Cortes e Iturbide, aceptaron a Cuauhtémoc, Hidalgo, Morelos y Madero, mientras que los tradicionalistas-liberales aceptaron el panteón oficial y sumaron a Cortes e Iturbide. Vasconcelos respetaba a dos héroes; Cortes y Madero, Cuauhtémoc le resultaba un mito inventado y rechazaba a Hidalgo, Morelos, Guerrero, Iturbide y Juárez.
Durante el periodo funcionaron dos nacionalismos, el tradicional y el oficial. Los libros de texto escritos en esta etapa pueden reunirse en dos grupos, el primero el de los escritos entre 1917 a 1925 y el segundo los publicados de 1926 a 1940. En el primer grupo encontraremos tres diferentes tipos de libros: los publicados antes de la Revolución, los que seguían fielmente la posición oficial y los tradicionalistas.
Libros publicados de 1917 a 1925, publicados antes de la Revolución: no sobrevivieron más allá de los veinte, obras como las de Pérez Verdia fueron hechas con el simple propósito de poner al día los datos cronológicos, las de Torres Quintero son discretas, el resto sigue las líneas oficiales, sin cambiar la exhortación para engrandecer México y defenderlo cuando sea necesario
Los libros que siguen la línea oficial, son moderados en sus juicios, con un tono didáctico como los de Sherwell que no desperdiciaba la ocasión para predicar a los niños, Santa María utilizaba lecciones mas cívicas. En estos las culturas indígenas merecen comentarios de orgullo con la excepción de los sacrificios humanos, identificando que el obstáculo más importante para el desarrollo de estos pueblos fue la falta de unidad, motivo de discordia permanente. Descubrimiento y Conquista son acontecimientos fundamentales por que de ellos nació el mestizo y se unificaron las naciones indígenas. A pesar de altas y bajas en la apreciación de Cortes los autores no resisten una fascinación ante la figura del conquistador, siento rechazad la conquista como hecho violento.
Sherwell se preocupaba por no generar odios y evitar las exageraciones. La Colonia se revisa sin interés y la narración de la Independencia, vuelve a tener el aire de gesta que se daba a la conquista, pero con mayor oportunidad de ejercitar el tono patriótico. A Morelos se le consideraba grande como héroe y Guerrero simbolizaba la generosidad
Para ellos en las guerras injustas que el país enfrento con el extranjero el pueblo mexicano tuvo una conducta heroica, donde el país cayó más bajo con una dictadura de Santa Ana.
Díaz esta visto con naturalidad, estando presente la idea Revolucionaria de logar derechos para todo el pueblo en libros de Bonilla y Sherwell, donde exhortan a los niños a luchar por los derechos ciudadanos.
En los grupos que se han identificado como oficialistas, se encuentran los libros utilizados principalmente en escuelas privadas, donde se nota una menor uniformidad y se distinguen dos grupos: el de los hispanistas y tradicionalistas.
La vertiente conservadora tiene una visión más histórica, donde desmerecen algo de las culturas prehispánicas, reconociéndolas solo con un componente de lo que después será México. Los héroes de la jornada son Cortes y Cuauhtémoc, que crecen unos junto con el otro, siendo el contraste principal con los libros oficiales la defensa decidida de Iturbide.
En la primera tapa de la republica la opinión es muy semejante a la de los libros oficiales, aunque las guerras con los Estados Unidos provocan mayor apasionamiento.
La Reforma y su figura central, Juárez causa una división profunda en este grupo de libros de texto, siendo Escudero el único conservador del grupo con una postura antiliberal, los demás parecer reaccionar a las nuevas expresiones nacionalistas. Este grupo aunque con ideas políticas diversas, queda unido por un nacionalismo hispanista, yankofobo, defensivo y la confianza de que solo con las virtudes de la raza el país puede llegar a la prosperidad soñada.
Libros publicados de 1917 a 1925, seguidores fielmente de la posición oficial:
Agrupados en cuatro tipos: liberal-oficial, tradicionalistas, los de la escuela socialista y teoría oficial socialista.
LIBERAL-OFICIAL
El libro de texto de Toro, en la enseñanza media iba a tener una gran influencia por que fue el más usado en la escuela secundaria y preparatoria, el autor emprendió la tarea de escribir un texto de mayor dimensión que los hasta entonces empleados. Toro enfrenta la historia a la manera tradicional liberal con un antihispanismo mal disfrazado de indigenismo y un anticlerimos obsesivo. Con muchos prejuicios hacia el indio se declara incapaz de comprender su religión y sus ritos sangrientos. Lo que si es evidente es una fascinación por la figura de Cortés y sorprende que no otorgue a Cuauhtémoc en lugar máximo entre los héroes indios. Revisa en forma superficial las instituciones coloniales y la cultura. Encontrando el fondo del malestar de la sociedad en dos problemas: el social y la monstruosa distribución de la propiedad.
En el relato de la guerra de Independencia destaca como héroe a Morelos. A Hidalgo le reprocha la muerte de tantos españoles. Guerrero e Iturbide son para el héroes problemáticos. Toro a mediados de siglo notaba en el país un innegable progreso de ideas, lo que hizo posible la Reforma.
TRADICIONALISTAS
Escritos después de ocurrido el problema entre la iglesia y estado, resultaron desde luego más extremistas en su hispanismo y en su defensa de la iglesia. Márquez Montiel afirmaba que los indios no podían escribir, menos transcribir una verdadera historia. Santibáñez considera a la conquista como fundamento de la nacionalidad, idea que sostiene Anfonssi los tres disculpan la violencia de la conquista. La religión ocupa un lugar sobresaliente en la formación de la sociedad novohispana. Márquez Montiel se siente obligado a justificar todos los aspectos de la vida colonial y se esmera en demostrar que la Iglesia mexicana no condeno nunca la idea de independencia, si no los excesos revolucionarios. Consideran a Morelos el más grande de los héroes de la independencia, pero como conservador le da preferencia a Iturbide.
Márquez y Anfonssi ven el liberalismo como el soplo de influjo yanqui mientras Santibáñez defiende a la iglesia de los cargos de traición. Anfonssi concede que la reforma tenía que llevarse a cabo, solo que debió de hacerse de manera paulatina. En la victoria de los liberales Márquez Montiel ve una facción norteamericana; contrastando la visión de Santibáñez que concluye que la reforma era necesaria. La intervención y el segundo imperio provocan una diferencia de opiniones, Santibáñez los rechaza, Anfonssi no favorece al Imperio por su carácter liberal y Márquez acepta los dos.
Santibáñez le da a Díaz un importante papel en la historia; Márquez y Anfonssi solo encuentran motivos de reprobación. La Revolución no ocupa mucho lugar en los textos, el único héroe que se salva a medias es Morelos.
ESCUELA SOCIALISTA
Se separan en tres grupos: Libro de Teja Zabre, libros elaborados para cumplir con los programas de la educación primaria y la Serie Simiente para los rurales:
-Teja Zabre: era quizás demasiado elaborado, hizo esfuerzo por dar idea, de manera sencilla del paso del tiempo y de lo que es una nación. La historia de México se ve como proceso formativo: 1) Historia Primitiva, 2) Nueva España, 3) México Independiente 4) Revolución Mexicana. Teniendo como meta la transformación social.
Explica que las culturas indígenas no hubieran podido superar un determinado grado de desarrollo, y la conquista introducen a estas culturas aisladas a la historia universal. Cortes era el hombre para llevar a cabo la hazaña por su conocimiento de la condición del Nuevo Mundo. Teja celebra héroes tradicionales: Hidalgo, Morelos, Guerrero e Iturbide. Piensa que existen todavía muchos obstáculos para hacer la historia de la Revolución, sobre todo la cercanía y falta de documentación.
-Programas de educación primaria: a partir de 1934 comenzaron a aparecer los libros de texto de acuerdo a los planes publicados según la reforma del artículo tercero. Daban una visión de la historia de México más radical que la de otros libros de historia. La temática que subrayaban los nuevos programas, eran temas constantes de los libros dl sindicato, la huelga, el campesino, los explotadores, la guerra imperialistas, junto a las lecciones de heroísmo de Cuauhtémoc, Hidalgo, Morelos, Juárez, Madero y Zapata.
Estos libros no pretendían enseñarle al niño el lado bello de la vida, si no que trataban de familiarizarle con la lucha de clases, el proletariado, la guerra; se insistía en “un nuevo tipo de héroes”.
-Los libros Simiente estaban más de acuerdo con las necesidades de la mente infantil y el media en que los niños dl campo se desenvolvían. La serie S.E.P. para las escuelas urbanas usaban los temas sociales. En un nuevo esfuerzo por ver el lado positivo de la herencia indígena se suprimen aquellos aspectos de su cultura que puedan causar desagrado.
Ramos Pedrueza y Hernán Villalobos intentan superar la visión histórica al servicio de los intereses burgueses, para proporcionar un instrumento de liberación a la clase trabajadora. Pedrueza le da a su relato una conspiración imperialista contra la clase desheredada, mediante las logias, el clero, los conservadores y Santa Anna, pero falla en el uso del método y no logra si no una historia convencional salpicada de términos económicos.
Villalobos ataco el problema con mayor originalidad, pues rompe con el relato histórico- cronológico para cumplir con sus finalidades: llevar a la mesa proletaria el pensamiento económico que el hombre a sustentado a través del tiempo y dar un concepto racional de nuestras transformaciones sociales y contribuir a la comprensión del momento en que vivimos.
TEORÍA OFICIAL SOCIALISTA
Bonilla creía que era tiempo de que las nuevas generaciones se den cuenta exacta de que el pueblo mexicano de hoy no es el continuador del azteca, si no el heredero de las dos razas, la conquistadora y la conquistada y que no podemos abominar de ninguno de nuestros progenitores, sin abominar de nosotros mismos. Creía en la tarea de desechar en forma sistemática todo lo que tendía a perpetuar odio era obra de un sano patriotismo. Reconoce los males coloniales y en ellos aceptando muchos de los defectos nacionales. En la Independencia los héroes son: Hidalgo, Morelos e Iturbide. Bonilla cumple con el programa vigente y desarrollo un largo capitulo sobre la evolución del pueblo mexicano en sus medios de producción.
Juárez resalta como uno de los grandes héroes. Tanto el Porfiriato como la Revolución se juzgan desde un ángulo constructivo , Madero esta juzgado con mayor dureza por que tuvo que apoyarse en los ricos a Zapata se le imprime un carácter netamente socialista, durante el periodo de Cárdenas evita juicios comprometidos y termina con un llamado a aceptar el pasado como tal, para construir un futuro mejor.
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