jueves, 13 de septiembre de 2012

Tiempo Secuencia y Cambio (examen de conceptos)


EXAMEN DE ALGUNOS CONCEPTOS

Cuando se trata de atender al desarrollo conceptual de los niños, los profesores se enfrentan con una tarea abrumadora. Un concepto no se desarrolla por igual, ni se corresponde directamente con la edad. Por eso, los apartados que siguen tratan de hacer poco más que arrojar una luz sobre los conceptos peculiares del estudio académico denominado historia. Desde luego, los conceptos no se enseñan directamente como un ejercicio. Cada tópico de historia tratado por un chico, un grupo o una clase tiene que hallarse conformado de tal manera que destaquen los elementos (y destrezas) que proporcionan validez a la historia como estudio académico.

'Traducimos Key Stage por Ciclo. En el Sistema Educativo Británico el Key Stage one comprende al alumnado de 5-7 años; el Key Stage two, de 7 a 11 años; Key Stage three, de 11 a 14 años; Key Stage four, de 14 a 16 años. En España los ciclos de Primaria son tres, de dos cursos cada uno: Inicial, Medio y Superior. (N. del R)

Es posible abordar aisladamente algunas de las estrategias que se incluyen (por ejemplo: "Acontecimientos de mi vida", en pág. 37). Conviene examinar otras dentro del contexto de un tema específico ("Secuencia de la jornada", en pág. 35); como parte de una actividad de  matemáticas; dentro de una lección de lengua ("Secuencia gráfica", en pág. 34); como elemento de un tema sobre historia de una familia ("Cronología familiar", en pág. 41).

TIEMPO, SECUENCIA, CAMBIO

Si la historia es el "estudio del hombre en el tiempo, de los muertos y de los vivos"(3) y de los acontecimientos registrados y no registrados, significativos y oscuros, entonces los niños, a la hora de llegar a entender la historia, necesitaran que se les muestre que también se refiere al cambio dentro del marco temporal. El concepto de secuencia (del ordenamiento de los hechos históricos) es para los niños uno de los más difíciles de captar.

Quizá quede esto mejor ilustrado por el número de libros y de tareas de las escuelas primarias que parten del pasado nebuloso y se desplazan hasta nuestro mundo contemporáneo. ¡La secuencia refleja así, a menudo, la actitud implícita de que unas civilizaciones inmaduras y simples no requieren más comprensión que las de unas mentes sencillas! Supone enseñar a un niño de 7 años los trogloditas y a su hermano de 11 el hombre del espacio... A ello acompaña la opinión tácita de que los pueblos primitivos eran simples y toscos, que la historia se refiere a un constante perfeccionamiento de los niveles personales. Quienes alzaron los monumentos megalíticos no tendrían Dallas ni calefacción central, pero eran capaces de reflexionar, construir y organizarse en un estadio complejo. Así pues, el programa que elaboremos debe tratar de mostrar una secuencia de acontecimientos sin que parezca que estamos comparando de un modo desventajoso el pasado con el presente. La secuenciación ilustra un aspecto del cambio histórico. Otro elemento igualmente importante es el cambio gradual y casi inadvertido que se halla implícito en cualquier proceso vital. El cambio histórico constituye una paradoja. Existe una alteración y, sin embargo, hay semejanza e identidad. El cambio histórico es a menudo lento y casi imperceptible. Es preciso no presentar la historia en una escala de tiempo demasiado grande, que puede exagerar el cambio. Por ejemplo, el desarrollo de la rueda es un tema popular en muchas escuelas, pero a menudo el paso de los trineos y los rodillos al carro, la locomotora y el automóvil se ofrece como una serie de saltos gigantescos. Los saltos a través del tiempo pueden ilustrar el cambio por contraste; pero en poco contribuyen a ilustrar su naturaleza. Es posible presentar como héroe al joven Ricardo II, pero esa imagen heroica encaja mal con sus años posteriores. Sin embargo, joven o viejo, siguió siendo el mismo Ricardo. Esta visión del cambio puede ser entendida incluso por niños muy pequeños. Son ahora lo que no eran cuando nacieron. Han cambiado y sin embargo son los mismos. Anne contemplaba unas fotografías. "Esta era yo de bebe. Esta soy yo en la fiesta de Navidad.
¿Sabías que estaba yo en esas fotos? Porque he crecido". Anne tenía 6 años. Esta breve ilustración sirve de introducción útil al trabajo de investigación desarrollado por John WEST. Su estudio, basado en escuelas primarias de Dudley, pretendía explorar las formas en que reaccionan los niños ante un material histórico. Para descubrir si eran capaces de establecer una secuencia, les presentó material representativo de una época determinada (por ejemplo, el dibujo de una herramienta de la Edad de Piedra, un cuadro que representaba a uno de los soldados del rey Carlos I, una fotografía de un caballero eduardiano). Luego les pidió que colocasen esos documentos en un orden cronológico. Con tal de que los ejemplos empleados no fuesen oscuros (es decir, que correspondiesen al ámbito de su probable capacidad interpretativa) y no se hallaran demasiado próximos en el orden cronológico, la gran mayoría de los niños de 10 años fueron capaces de establecer una secuencia correcta. La tasa de éxito descendió de un modo espectacular cuando empleó documentos en vez de objetos/reproducciones. El estudio de WEST abarcó a 750 chicos de edades comprendidas entre los 7 y los 11 años. Ese grupo no fue seleccionado por su cociente intelectual ni por su condición social. Como el estudio había de constituir el núcleo de una tesis académica sobre la capacidad de los niños para reflexionar históricamente, se les proporcionó una enseñanza regular y continuada que les estimuló a desarrollar destrezas apropiadas. La investigación de WEST indica que los niños de primaria son capaces de establecer secuencias. Advirtió también que los de 11 años podían emplear un lenguaje técnico con una facilidad muy superior a la del grupo de control. Eran más conscientes de que el material que se les presentaba como " datos" nunca debería ser aceptado sin poner en tela de juicio las fuentes y el motivo (4). No es probable que los chicos capten rápidamente la idea de secuencia. Por eso resulta importante situar dentro de su contexto histórico más amplio el periodo que se estudia mediante referencias regulares a épocas históricas aceptadas en términos generales (por ejemplo, Edad de Piedra, época sajona, victoriana, etc.). Al mismo tiempo puede hacerse referencia a la secuencia dentro del estudio de un tópico histórico específico. Oliver Cromwell, por ejemplo, vivió en el mismo tiempo que Carlos I, pero también le sobrevivió. Samuel Pepys fue contemporáneo de Cromwell, pero presencio la restauración de la Monarquía y sobrevivió a la peste de 1665 y al incendio de Londres de 1666. En el aula pueden emplearse cronologías para mostrar tanto la secuencia amplia de la historia como los cambios más sutiles que se operan en periodos más breves de tiempo.

'Merece advertirse aquí que las cuestiones de "cambio" e "identidad" se plantean en muy diferentes disciplinas académicas. Al hacer girar una forma (por ejemplo, la rotación de un triángulo en torno de un eje) podemos preguntarnos: "¿que es lo que ha cambiado? ¿Qué sigue siendo lo mismo? ¿Qué es diferente?" Cuando multiplicamos un número por 10 ó por 100, es posible suscitar un comentario acerca de la posición de los dígitos y del valor de su lugar pasado y presente (es decir, después de la multiplicación). A la hora de estudiar las propiedades del agua, podemos estimular observaciones sobre la naturaleza del vapor, del hielo o de la condensación.

En la cronología amplia es posible agrupar imágenes de Carlos I, Cromwell y Pepys, como personas que vivían durante el periodo de los Eduardos; sin embargo también podrían ordenarse respecto al año de su nacimiento o de su muerte, para establecer un esquema más preciso de la secuencia. Si se adopta este enfoque amplio y a la vez de detalles precisos, se puede desarrollar a lo largo del año escolar una amplia cronología con mini cronologías para cada uno de los trabajos o tópicos abarcados.




ESTRATEGIAS – SECUENCIA

1. Debatir el orden en que se realiza una actividad simple, por ejemplo, vestirse, bañarse, preparar un bocadillo, emplear la calculadora para determinar el resultado de 7 x 6 =36 - 3, comprar un bollo. Explorar modos de presentar esta actividad verbalmente, por escrito, con un dibujo o con un diagrama.

2. Establecer la secuencia de la jornada escolar.

3. Establecer la secuencia de la jornada de cada niño. ¿Como encajan en la anterior (2) estas formulaciones de secuencias individuales? "Incluimos una nota explicativa sobre Pepys por ser el personaje menos conocido para el lector español. Samuel Pepys: escritor británico (1633-1703). Fue Secretario del Almirantazgo. Es famoso por su Diario, escrito en caracteres cifrados, lo que dificultó su edición. Hasta el siglo XIX no se logró descifrarlo por completo y editarlo públicamente. Sus diarios llaman la atención por la gran sinceridad y fidelidad con la que narra la vida y acontecimientos de su época. (N. del R.)

4. Organizar un "juego" de secuencia: disponer una colección de fotografías de personas, objetos, máquinas, edificios. Deben corresponder a diferentes épocas históricas, por ejemplo, romana, sajona, normanda, Tudor, georgiana, victoriana y contemporánea. Permita que, inicialmente, el grupo intente establecer la secuencia dentro de colecciones de objetos específicos, por ejemplo, ropas, armas, naves, casas, etc. Cuando el grupo realice con bastante habilidad las secuencias de estas subseries, mézclelas para proporcionar mayor complejidad a la actividad.

5. Seguir con sesiones basadas en estudios locales (véase Capitulo III) con exploración del entorno inmediato de la escuela y estimulando a los chicos a fechar y ordenar en una secuencia determinados edificios. Luego pueden dibujarlos y situarlos en una cronología (véase Figura 2.6).

6. Exhibir tres (o más) imágenes relacionadas entre sí de algún modo, por ejemplo, Imagen 1: una madre acoge a sus hijos; Imagen 2: una casa en un bosque; Imagen 3: los niños solos en un sombrío sendero del bosque.
Construir un relato sencillo a partir de esas imágenes. Examinar luego como emerge una historia diferente al cambiar la secuencia. Empleando el ejemplo anterior ¿cómo cambia el relato si el orden de las imágenes es 3, 2, 1 en vez de 2, 1, 3? Estimular a los niños a ordenar su propia serie de imágenes para explorar las variaciones de secuencia.

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